22/01/2021

Camino Quiroga habla con la meticulosidad propia de quien se lo sabe todo de memoria y no teme al examinador. Es la gran ventaja de haber sacado una oposición a notarías. Llevas más de 400 temas en la cabeza.

Su primer destino pasó por San Saturniño, cerca de El Ferrol, y allí aprendió la importancia social de un su profesión. Un notario no es solo un escribiente, también es un confidente y, sobre todo, un consejero.

Cuando nació su segunda hija y queriendo pasar más tiempo con ella y su hermana, cambió una notaría de primera en Madrid por una de tercera en Begur.

En una carrera tan jerarquizada como la suya, esto supuso dejar que muchos hombres la adelantaran en el escalafón.

Notario es una profesión de hombres. Tanto que no hay voz femenina. Las mujeres también son notario.

A Camino Quiroga, la han confundido en su propio despacho hasta con una inmigrante musulmana. Reconoce que a sus clientes les cuesta confiar en una mujer.

 «El techo de cristal es terrorífico», dice. En una «sociedad extraordinariamente machista», defiende las cuotas para el acceso de la mujer a puestos de responsabilidad. Prefiere que una mujer entre «aunque sea con calzador» porque «por meritocracia no entras».

Cuando sobrevivió a un cáncer, cambió la escala de valores que había regido su vida y se puso a cantar jazz. Etta James es su referente. No tardará mucho en grabar un disco. 

 

Fuente: lavanguardia.com

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